
Los detractores de esta práctica suelen argumentar que, dado que las proyecciones rara vez se cumplen, elaborar un modelo financiero es una pérdida de tiempo. Esta lógica, aunque comprensible, ignora el verdadero valor que aporta un modelo bien construido, incluso en fases muy tempranas y sin ingresos.
Desde Intelectium, sostenemos que un modelo financiero bien planteado no es una bola de cristal, sino una herramienta de conocimiento profundo del negocio. Sirve para simular distintos escenarios y anticipar decisiones estratégicas, incluso cuando no hay ventas. A través de estas simulaciones, se puede entender mejor el impacto de los márgenes brutos del sector en el cashflow, la eficiencia de capital esperada o la necesidad financiera bajo diferentes velocidades de crecimiento. De este modo, el modelo se convierte en una guía para tomar decisiones informadas, planificar el uso del capital y evitar errores costosos.
La principal diferenciación de los modelos financieros que elabora Intelectium
Una de las grandes ventajas de nuestros modelos en Intelectium es la profundidad con la que abordamos la generación de ingresos futuros. Para negocios B2C, partimos del análisis de las inversiones en marketing digital, identificando con precisión las palancas de crecimiento: CPA, conversión por canal, coste incremental por volumen, retención y LTV. Por ejemplo, sabemos que una startup que lanza una app de salud puede experimentar un CPA inicial de 15€, pero a medida que escala, ese CPA podría subir a 35€. Este conocimiento, fruto de nuestra experiencia con cientos de startups, nos permite proyectar escenarios realistas y sostenibles, ayudando al emprendedor a establecer KPIs alcanzables.
En modelos B2B, partimos del dimensionamiento y eficiencia del equipo comercial: número de personas contratadas, ramp-up esperado, ciclo de venta, conversión y ticket medio. Por ejemplo, para una startup SaaS que vende a empresas medianas, sabemos que un SDR promedio puede generar entre 6 y 10 leads cualificados al mes, con una tasa de conversión de 15-20% y un ciclo de venta de tres a cinco meses. Estas cifras, cruzadas con la experiencia sectorial, permiten construir escenarios de ventas ajustados a la realidad.
El conocimiento sectorial que aplicamos proviene de años de trabajo con compañías en sectores como fintech, edtech, digital health, marketplaces, SaaS y e-commerce. Al trabajar con datos agregados, respetamos completamente la confidencialidad de nuestros clientes y al mismo tiempo extraemos patrones que nos permiten modelar con una precisión muy superior al estándar del mercado. Esto nos otorga una ventaja competitiva tanto en la construcción de modelos como en la planificación financiera que sigue a esos modelos.
Una vez construido el modelo, su valor se amplifica al permitir simulaciones de escenarios de crecimiento: conservador, base y agresivo. Esto, a su vez, facilita la estimación del rango de necesidades de financiación y permite estructurar de forma óptima las rondas de inversión. Por ejemplo, en el escenario base puede proyectarse una ronda seed de 500.000 €, mientras que en un escenario agresivo puede requerirse 1M € para capturar una cuota de mercado mayor. Asimismo, nuestros modelos permiten determinar qué parte de esa financiación podría cubrirse con instrumentos de deuda pública como ENISA, ICF o CDTI optimizando la estructura de capital y reduciendo la dilución de los fundadores.
Desde el punto de vista financiero técnico, nuestros modelos son altamente valorados por fondos de venture capital, bancos y organismos públicos, porque integran de forma coherente la cuenta de resultados, el balance y el cashflow. Esta integración permite simular con precisión el impacto de cualquier decisión (una contratación, una subida de precios, un cambio en la política de pagos) en la liquidez y solvencia de la compañía. Un emprendedor puede saber, por ejemplo, cómo una contratación adelantada afecta su runway o qué impacto tendrá el retraso en el cobro de una factura grande. Esta capacidad de anticipación es clave para evitar imprevistos y tomar decisiones acertadas.
Muchos modelos que llegan a nuestras manos desde otras consultoras o elaborados internamente por los equipos fundadores están incompletos o son estáticos. Suelen limitarse a una cuenta de resultados simplificada, sin integración con el cashflow ni el balance. Esto genera una falsa sensación de control y puede derivar en errores de planificación graves. En Intelectium, por el contrario, nos aseguramos de que cada modelo sea una herramienta viva, coherente y actualizable, capaz de servir tanto para captar inversión como para gestionar el día a día de la compañía.
Finalmente, nuestros modelos financieros están diseñados también para ser entendidos por los fundadores. No buscamos deslumbrar con tecnicismos innecesarios, sino facilitar la lectura, el análisis y la toma de decisiones. Nuestros clientes saben con claridad cuál es su runway actual, qué pagos deben afrontar en el corto plazo, cuál es el burn mensual y qué impacto tendrá cada decisión en su situación financiera futura. Esta claridad es fundamental para tomar el control financiero del proyecto y liderar con confianza.
En resumen, el modelo financiero no es una predicción del futuro. Es una herramienta para construirlo.