¿Qué es una ronda puente y cómo puede ayudar a tu startup?

Las startups necesitan crecer rápido, pero el acceso a capital no siempre llega al ritmo que exige el mercado.

En este contexto, una ronda puente, también conocida como bridge round, es una solución de financiación diseñada para ayudar a las startups a mantener el impulso y continuar creciendo mientras se preparan para una ronda de inversión mayor.

¿Qué es una ronda puente? (Bridge Round)

Una ronda puente es una ronda de financiación intermedia, que permite a una startup obtener capital a corto plazo mientras se prepara para una ronda mayor, como una Serie A o Serie B. Su objetivo es dar oxígeno financiero en etapas clave de transición, cuando la empresa todavía no está lista para captar una ronda institucional grande, pero necesita recursos para alcanzar nuevos hitos.

En otras palabras, una ronda puente actúa como un “puente financiero” entre dos fases del crecimiento.

¿Cómo funciona una ronda puente?

Las rondas puente suelen estructurarse mediante instrumentos de financiación flexibles, pensados para agilizar el proceso y evitar complejidades innecesarias en etapas tempranas o de transición. El objetivo principal es conseguir capital de forma rápida, sin necesidad de realizar una valoración exhaustiva de la compañía en ese momento, pero estableciendo mecanismos claros para convertir ese capital en participación futura cuando se cierre la siguiente ronda institucional.

Una de las fórmulas más habituales es la nota convertible (convertible note). Este instrumento actúa inicialmente como un préstamo, es decir, una deuda, que se convertirá en equity cuando la startup levante su siguiente ronda de financiación. Para compensar el riesgo asumido por los inversores puente, la conversión suele realizarse con un descuento sobre la valoración futura (por ejemplo, un 20%) o mediante un tope de valoración (valuation cap) que establece un máximo sobre el cual se calculará la conversión. De este modo, el inversor obtiene acciones en condiciones más ventajosas que los nuevos participantes de la siguiente ronda. Las notas convertibles también pueden incluir intereses y una fecha de vencimiento, aunque en la práctica muchas startups buscan términos lo más simples posible para acelerar el proceso.

Otro mecanismo ampliamente extendido es el SAFE (Simple Agreement for Future Equity), creado por Y Combinator y cada vez más utilizado fuera de Estados Unidos. El SAFE también permite a los inversores obtener acciones en una futura ronda, pero a diferencia de la nota convertible, no es un instrumento de deuda: no genera intereses ni tiene vencimiento. Esta simplicidad legal lo convierte en una opción muy atractiva para las startups que buscan cerrar una ronda puente rápida, especialmente cuando se cuenta con inversores que ya conocen y confían en el modelo. Al igual que la nota convertible, el SAFE suele incluir un descuento y/o un valuation cap para asegurar condiciones preferentes en la conversión.

Por último, en ciertos casos, especialmente cuando hay inversores nuevos que exigen una mayor formalidad o cuando la empresa ya tiene métricas más sólidas, la ronda puente puede estructurarse como una ampliación de capital directa. Esto implica emitir nuevas participaciones o acciones con una valoración explícita, pactada entre la empresa y los inversores. Aunque este tipo de operación requiere mayor esfuerzo en términos legales y de negociación, puede ser más apropiada cuando la startup busca consolidar su estructura accionarial, fijar condiciones claras de entrada o empezar a profesionalizar su cap table de cara a futuras rondas más institucionales.

En definitiva, la elección de uno u otro instrumento dependerá de múltiples factores: la urgencia de la financiación, la madurez de la startup, el perfil de los inversores y la estrategia financiera de la empresa. En cualquier caso, lo fundamental es que el diseño de la ronda puente responda a una lógica clara de preparación para la siguiente fase de crecimiento, minimizando la fricción legal y maximizando la alineación entre fundadores e inversores.

¿Cuándo tiene sentido hacer una ronda puente?

Una ronda puente puede ser una gran aliada en varios escenarios clave para una startup:

1. Antes de una Serie A (u otra ronda mayor)

Muchas startups optan por una ronda puente en el periodo que precede a una Serie A, B o incluso una ronda de crecimiento más avanzada. En esta fase, la empresa suele tener un producto validado, ingresos iniciales y un modelo de negocio en consolidación, pero aún necesita tiempo para alcanzar los hitos que justifiquen una valoración más alta ante fondos institucionales. Una bridge round permite extender el runway unos meses, invertir en crecimiento orgánico o en desarrollo de métricas clave (como MRR, LTV/CAC, churn o coste de adquisición), y llegar a la siguiente ronda con una historia más robusta y atractiva para los inversores. El objetivo es claro: mejorar condiciones de negociación y evitar una dilución innecesaria.

2. Retrasos en la ronda prevista

En ocasiones, incluso con una estrategia bien definida, el fundraising se alarga más de lo previsto. Ya sea por razones internas (como falta de documentación, cambios en el equipo o ajustes en la estrategia) o externas (incertidumbre macroeconómica, mercados bajistas, ciclos de inversión más largos), las startups pueden encontrarse con una situación de tensión de caja. En estos casos, una ronda puente es una medida preventiva y estratégica para mantener la operatividad, asegurar la continuidad del equipo y evitar decisiones precipitadas como aceptar financiación en condiciones desfavorables o ejecutar despidos por falta de liquidez. Es una forma de comprar tiempo sin comprometer la visión a largo plazo.

3. Validación de producto o mercado

Otro escenario típico es cuando la startup necesita realizar ciertas pruebas o inversiones para validar definitivamente el product-market fit o su modelo de negocio. Puede tratarse del lanzamiento de una nueva versión del producto, una campaña de adquisición significativa, la apertura de un canal de ventas adicional, o incluso una expansión piloto a otro mercado. Aunque el producto ya funciona, aún no está lo suficientemente validado como para justificar una Serie A, y levantarla en ese punto podría generar una valoración subóptima. En este contexto, la bridge round se convierte en una herramienta táctica para generar evidencias sólidas que respalden una valoración superior más adelante.

4. Oportunidades de crecimiento inesperadas

En un entorno dinámico como el de las startups, es habitual que surjan oportunidades no contempladas inicialmente en el plan de negocio: desde asociaciones estratégicas hasta adquisiciones, pasando por contratos clave con grandes cuentas o licitaciones. Aprovechar estas oportunidades requiere liquidez inmediata y capacidad de respuesta rápida, lo cual muchas veces no es viable con el calendario de una ronda de inversión tradicional. En estos casos, una ronda puente permite financiar estas iniciativas sin frenar el crecimiento ni perder el momentum. Además, ejecutar con éxito una de estas oportunidades puede tener un efecto muy positivo en la narrativa de la siguiente ronda y en la percepción de los inversores.

Beneficios de una ronda puente para startups

  • Evita una down round forzando una ronda prematura con baja valoración.

  • Gana tiempo para alcanzar hitos clave.

  • Reduce presión sobre fundadores y equipo durante el proceso de fundraising.

  • Aumenta el poder negociador de cara a la próxima ronda.

Riesgos y aspectos clave a considerar

Aunque una ronda puente puede ser una solución estratégica para mantener la operatividad o acelerar el crecimiento de una startup, también implica una serie de riesgos que deben evaluarse cuidadosamente antes de ponerla en marcha.

Uno de los riesgos más frecuentes es la dilución excesiva. Si no se gestiona correctamente el valuation cap o el descuento aplicado en los instrumentos convertibles (como notas o SAFEs), los fundadores y los inversores actuales pueden terminar cediendo un porcentaje significativo del capital en condiciones menos favorables de lo esperado. Este efecto se amplifica si la siguiente ronda se retrasa o si la valoración resultante es más baja de lo previsto. Para evitarlo, es fundamental modelar distintos escenarios de conversión y definir una estructura que mantenga un equilibrio entre incentivos para los inversores puente y protección para los accionistas existentes.

Otro aspecto crítico es la dependencia que genera respecto a una futura ronda de financiación. La ronda puente, por definición, no está pensada como una solución a largo plazo, sino como un mecanismo temporal que anticipa la llegada de nuevo capital. Si por cualquier motivo la siguiente ronda no se materializa, ya sea por falta de tracción, cambios en el mercado o falta de interés por parte de los inversores, la startup podría quedarse sin recursos en una situación aún más frágil que antes. Es lo que se conoce como “un puente hacia ningún sitio”. Por ello, es clave que los fondos obtenidos estén claramente orientados a alcanzar hitos concretos que aumenten las probabilidades de cerrar la siguiente ronda en condiciones óptimas.

Además, es importante tener en cuenta que una ronda puente puede enviar señales contradictorias al mercado. Si no se comunica adecuadamente, puede percibirse como una medida desesperada para evitar una down round o una señal de que la empresa no ha conseguido el interés necesario para levantar capital en condiciones estándar. Esto puede generar dudas entre inversores potenciales y afectar la narrativa de la compañía en procesos posteriores. La clave aquí es gestionar bien la comunicación: posicionar la ronda como una herramienta estratégica, explicar su lógica, y demostrar que responde a un plan de crecimiento bien definido y no a una falta de alternativas.

En definitiva, lanzar una ronda puente exige una planificación meticulosa, previsiones financieras realistas y una narrativa alineada con la estrategia a medio plazo. Si se hace bien, puede ser una palanca de crecimiento. Si se improvisa, puede generar más problemas que soluciones.

¿Cómo saber si tu startup necesita una ronda puente?

Te recomendamos hacerte estas preguntas:

  • ¿Tengo runway suficiente para los próximos 6-9 meses?

  • ¿Estoy cerca de alcanzar un hito clave que aumentará mi valoración?

  • ¿Tengo inversores interesados en acompañar esta ronda intermedia?

  • ¿Puedo justificar el uso del capital puente ante futuros inversores?

Si la respuesta es afirmativa, una bridge round puede ayudarte a fortalecer tu posición y ganar tiempo sin comprometer el equity a largo plazo.

Una ronda puente es una herramienta estratégica de financiación que puede marcar la diferencia para startups en fases críticas de crecimiento. Bien diseñada y ejecutada, permite seguir avanzando sin perder ritmo ni valor. Pero como cualquier instrumento financiero, debe usarse con criterio y acompañamiento experto.

¿Estás pensando en lanzar una ronda puente?

En Intelectium ayudamos a startups a estructurar rondas puente que encajen con su modelo de negocio, proyecciones y estrategia de captación de fondos. Si estás valorando una financiación intermedia, contacta con nosotros: analizamos tu caso y te ayudamos a diseñar la mejor solución. 📩 Escríbenos: dealflow@intelectium.com