
En este artículo te explicamos qué es el ratio de tesorería, cómo se calcula, por qué es clave para inversores y financiación pública, y cómo optimizarlo estratégicamente.
¿Qué es exactamente el ratio de tesorería?
El ratio de tesorería, también conocido como cash ratio o “test ácido”, es una métrica contable que mide la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo utilizando exclusivamente sus activos más líquidos: el dinero disponible en caja o en cuentas bancarias. A diferencia de otros indicadores de liquidez como el ratio corriente, este ratio excluye los inventarios, las cuentas por cobrar y otros activos que, si bien tienen valor, no siempre pueden convertirse rápidamente en efectivo.
Este ratio es especialmente importante para las startups, dado que en sus primeras etapas es habitual que aún no generen ingresos recurrentes o tengan ciclos de caja impredecibles. En ese contexto, disponer de liquidez inmediata es un factor de supervivencia.
La fórmula es sencilla:
Ratio de Tesorería = (Caja + Bancos) / Pasivo corriente
Cuando el resultado es igual o superior a 1, significa que la empresa puede cubrir sus deudas más inmediatas sin depender de ventas futuras ni de cobros aún pendientes.
¿Por qué es crítico para las startups?
Para muchas startups, la diferencia entre avanzar o detenerse no depende tanto de la rentabilidad, sino de la liquidez. Puedes tener un modelo de negocio validado, un pipeline comercial prometedor y un equipo brillante, pero si no puedes pagar las nóminas del mes siguiente, la empresa se paraliza. Aquí es donde el ratio de tesorería entra en juego como un termómetro fiable de salud financiera operativa.
Tener visibilidad clara sobre la liquidez disponible permite tomar decisiones estratégicas más acertadas. Por ejemplo, si una startup sabe que su ratio de tesorería está por debajo de 0,5, debe priorizar con urgencia la entrada de caja (vía facturación, inversión o ayudas) antes de asumir nuevos compromisos.
Además, este indicador se ha vuelto un requisito casi implícito en los procesos de evaluación de riesgo de cualquier agente externo: desde inversores privados hasta entidades bancarias y organismos públicos.
¿Qué se considera un ratio saludable?
Aunque no hay una regla única, sí existen rangos orientativos útiles, especialmente para startups en fases iniciales o de crecimiento acelerado:
- Por debajo de 0,5: La empresa no dispone de suficiente efectivo para cubrir ni la mitad de sus deudas a corto plazo. Es una señal de alerta seria.
- Entre 0,5 y 1: Es una zona de precaución. Puede cubrir parte de sus compromisos, pero está expuesta a cualquier imprevisto o retraso en cobros.
- Por encima de 1: Buena salud financiera. La empresa puede afrontar todos sus pagos inmediatos sin tensiones.
Eso sí, este ratio debe leerse siempre en conjunto con otras métricas, como el burn rate (ritmo de gasto mensual), el cash runway (cuántos meses de vida le quedan con la caja actual) o el margen bruto. No es lo mismo un ratio bajo en una empresa con una ronda cerrada o en proceso que en otra sin ingresos previstos ni financiación a la vista.
¿Por qué lo revisan inversores y organismos públicos?
El ratio de tesorería no es un dato que se quede dentro del equipo financiero. De hecho, cada vez es más habitual que aparezca en los análisis de inversores durante las rondas de financiación o en los informes de evaluación de programas públicos de apoyo.
Inversores privados, especialmente fondos de venture capital, lo utilizan para calibrar el riesgo operativo a corto plazo. Una startup con una caja debilitada puede necesitar fondos con urgencia, lo que reduce su poder de negociación y puede generar dudas sobre su capacidad para sobrevivir hasta la siguiente ronda.
En cuanto a la financiación pública, programas como ENISA, CDTI o Horizonte Europa analizan la solvencia y liquidez de las startups para asegurarse de que podrán ejecutar el proyecto y cofinanciar su parte correspondiente. Una empresa sin liquidez o con ratios por debajo de ciertos umbrales puede ser descartada directamente del proceso, independientemente de la calidad del proyecto presentado.
Incluso las entidades bancarias utilizan este ratio al estudiar renovaciones de pólizas de crédito, concesión de préstamos o renegociación de deuda. El nivel de caja disponible suele ser un criterio clave para definir condiciones, plazos o garantías exigidas.
Cómo mejorar el ratio de tesorería de forma estratégica
Mejorar este ratio no consiste únicamente en incrementar la caja, sino en gestionar mejor la relación entre ingresos, gastos y vencimientos. Aquí algunas estrategias concretas:
1. Reorganiza los ciclos de cobros y pagos. Intenta reducir el plazo de cobro a clientes (por ejemplo, ofreciendo descuentos por pronto pago) y, al mismo tiempo, negocia plazos más amplios con proveedores. Esto genera un margen temporal que alivia la tensión de caja.
2. Controla el ritmo de gasto. Ajustar el burn rate es uno de los mecanismos más eficaces para alargar el runway y fortalecer la tesorería. Aplazar contrataciones no estratégicas o renegociar costes fijos puede generar un impacto inmediato.
3. Obtén liquidez anticipada. Algunas ayudas públicas permiten anticipos del 60% o más, y existen instrumentos puente que pueden inyectar liquidez sin dilución. También puedes evaluar líneas de crédito a corto plazo como colchón operativo.
4. Evita excesiva deuda a corto plazo. Si bien es habitual financiar ciertos gastos operativos mediante deuda, un exceso de pasivo corriente empeora directamente este ratio. Siempre que sea posible, reestructura a medio plazo o acompaña con ampliaciones de capital.
5. Construye escenarios de tesorería. Una herramienta esencial es proyectar mensualmente el flujo de caja real y simular distintos escenarios de estrés. Esto te permite anticipar problemas antes de que se materialicen y tomar decisiones con antelación.
La liquidez como ventaja competitiva
En el contexto de las startups, donde la incertidumbre es parte del día a día, contar con buena visibilidad sobre la tesorería no solo es una garantía de supervivencia, sino también una ventaja competitiva. Las empresas con caja suficiente pueden negociar mejor con proveedores, invertir en crecimiento sin tensiones y afrontar procesos de financiación desde una posición de fortaleza.
En Intelectium, ayudamos a startups y scaleups a estructurar su planificación financiera con visión estratégica, optimizando su liquidez y preparando su estructura para afrontar con éxito rondas de inversión, subvenciones y crecimiento sostenido.
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